Posteado por: BPP | marzo 24, 2008

Las Aves de las Selvas panameñas – Una Estrategia de Conservación (1987)

A continuación ingresamos una obra de referencia fundamental en conservación de aves de Panamá, se trata de la obra intelectual de uno de los mejores ornitólogos de Panamá, el Dr. Francisco Delgado.

El Centro de Estudios de Recursos Bióticos se enorgullece de hacerle llegar a la comunidad panameña y del mundo por vía electrónica a través de Biota Panamá un extracto teorético de la información de conservación de aves que se discutía a finales de la década de 1980.

Lastimosamente el país ha escuchado muy poco los planteamientos de nuestros académicos y se sigue perdiendo la integridad de ecosistemas claves y se sigue diezmando las poblaciones naturales de aves de Panamá.

Ariel Rodríguez Vargas

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Las Aves de las Selvas panameñas – Una Estrategia de Conservación (1987)

Dr. Francisco Delgado*

Universidad de Panamá**

Campus de Santiago de Veraguas

PRESENTACIÓN

Los estudios sobre las aves del Neotrópico han sido labor encomiable de muchos científicos a través de las épocas. Hoy, con la integración de las ciencias ambientales aplicadas a la ornitología pura, se ofrece una nueva perspectiva ante el deterioro paulatino de las selvas vírgenes.

El presente trabajo brinda al lector la oportunidad de conocer la gran diversidad de la avifauna panameña, asediada mayormente por el proceso de colonización espontánea y la explotación forestal. En él se señalan en forma objetiva algunas estrategias de conservación regional tomando como modelo biológico a las aves de las selvas.

En este nuevo contexto, la lucha por la conservación de las aves ha sido enmarcada en aquellos programas tendientes a demostrarla importancia de las selvas dentro del proceso evolutivo. Sólo median te la implementación de modelos de desarrollo sostenido basado en los patrones de biodiversidad y conservación de hábitat podremos garantizar la perpetuación de la riqueza biológica y un desarrollo económico integral.

Espero que el modesto aporte que hoy brindo a través de nuestra institución sirva de incentivo a otros connacionales a fin de incrementar la promoción por la preservación de los recursos naturales y el medio ambiente. En este esfuerzo estaremos empeñados siempre los que en una u otra forma iniciamos el movimiento conservacionista panameño.

El Autor

INTRODUCCIÓN

La República de Panamá con un territorio tan pequeño – algo más de 77,000 Km2, posee una de las avifaunas más ricas del Neotrópico. En el territorio panameño han sido registradas 890 especies de aves, siendo esta cifra más alta que el número de especies de todo Canadá y Estados Unidos, tomados en conjunto. Su posición geográfica es el límite o paso obligado de unas 130 especies migratorias norteñas – salvo tres de ellas que proceden de Sudamérica.

La gran diversidad de aves de nuestro territorio se deben a condiciones de formación del istmo y a las zonas climáticas que hoy presenta. Para Panamá han sido determinadas 12 zonas de vida que van desde el bosque seco premontano hasta el pluvial montano bajo, situado al oeste del país (Tosi, 1971). Ilustrado en el mapa NO. 1. Las estimaciones recientes de cobertura boscosa de la República es de un 38 % (I.S.T.I.I.; 1980), cuya aproximación se ilustra en el mapa No 2. En general, las denominadas selvas nubosas se sitúan mayormente hacia las tierras altas de los extremos de la República y, el bosque seco hacia la región costera del Golfo de Parita, incluyendo también los llanos de Coclé».

El estudio de las aves de Panamá ha sido muy acucioso. Las condiciones históricas han permitido estudios profundos de distribución, siendo la mayor contribución los tomos del Dr. Alexander Wetmore: The Birds of the Republic of Panamá. El cuarto tomo fue completado por Olson y R. Pasquier, habiendo quedado inconcluso con el fallecimiento del Dr. Wetmore. En 1976 salió el trabajo ilustrado de Robert S. Ridgely: A Guide to the Birds of Panamá y para 1979 la monografía del destacado científico panameño Dr. Eustorgio Méndez: Las aves de Caza de Panamá.

En general, la presencia del Instituto de Investigaciones Tropicales Smithsonian – STRI – ha permitido desarrollar investigaciones de recursos avifaunísticos poseyendo además, una de las bibliotecas más completas en información sobre aves neotropicales. Es por ello que podríamos afirmar que la República de Panamá posee la mayor diversidad de estudios avifaunísticos – históricamente hablando, en Mesoamérica.

Para una mejor comprensión del estado actual de la avifauna de las selvas tropicales panameñas hemos de considerar los factores más sobresalientes de la avifauna topotfpica de ellas, citando luego el efecto negativo que ha sufrido el bosque de dicha región, presentándose finalmente alternativas de solución y recomendaciones aplicadas a cada una de las regiones geográficas de la República. Con tal fin, se ha subdividido el territorio en regiones atendiendo el patrón genérico ecológico y zoogeográfico.

A. Región Occidental panameña (Cordillera Central-Talamanqueña)

La región occidental de Panamá posee sus bosques restringidos a las cimas de la Cordillera Central y a gran parte de las colinas y tierras bajas de la vertiente atlántica en la provincia de Bocas del Toro. En esta región se localizan las mayores alturas del territorio, siendo el mayor topónimo el Volcán Barú con 3,475 m.

Los estudios avifaunísticos de esta zona pertenecen a Blake (1958), Wetmore (1965, 1968, 1973), Wetmore, Olson & Pasquier (1985); Eisenmann y Loftin (1973) condensados por Ridgely (1976). Esta zona ha sido por consiguiente muy privilegiada en lo que a distribución de aves se refiere en el territorio panameño. Esta región es la más rica en diversidad de aves – y la más antigua geológicamente hablando, perteneciendo a la gran cadena montañosa centroamericana.

Los estudios desarrollados en dicha región arrojan resultados verdaderamente sorprendentes:

– El 15 % de todas las aves registradas en la República son exclusivas del occidente panameño (11.6 % de las aves no-paséridas y el 23.8 % de los paséridos), las que numéricamente representan más de 55 especies endémicas.

– De todas las familias de aves registradas en Panamá (71 en total) sólo los tersinos – que son de origen sudamericano, no están representados en la región y; de estas 71 familias, tres son exclusivas de las tierras altas: Zeledonias, mirlos acuáticos y picoleznas. El pajarito Zeledonia coronata es monotípico y este endémico habita los densos rastrojos de tierras altas de la región.

– Algunas especies son exclusivas o endémicas de esta región incluyendo el quetzal centroamericano , además de carpinteros. Dentro de las aves paséridas podrfamos citar como representativos algunos subepalos, horneros y coliespinosos, cotínguidos, cucaracheros, tordos y tángaras.

De las 130 especies migratorias de tierra firme registradas hasta el momento, 9 de ellas sólo llegan a dichos sectores.

Es importante señalar que el endemismo de la región occidental pa­nameño agrupa el 2.48 % de todas las aves de tierra firme Neotropical, de iguales familias representadas. Este hecho revela la tremenda importancia que requiere la conservación de los bosques de dicha región, basados en el alto potencial genético de aves tropicales. Este significativo hecho es igualmente válido para la zona colindante costarricense (véase lista de aves endémicas en al Apéndice No 1).

A.1. Efectos antropogénicos

Las aves representantes de la región occidental panameña están confinadas a las partes superiores del macizo montañoso del volcán Barú y Fortuna, generalmente a alturas mayores de los 1,000 m., extendiéndose su área de distribución hasta el oeste de la provincia de Veraguas. Las selvas representadas en esta región son en su mayoría pluviales montanas con una topografía muy irregular, con grandes pendientes y gran precipitación pluvial permaneciendo la mayor parte del año nubladas y siempre verdes.

La zona precordillerana ha sido empleada por décadas para el cultivo de legumbres, dada la productividad de los suelos de origen volcánico. Dichas actividades se han dado en mayor grado entre los 700 m. y 2,300 m., permaneciendo sólo algunos sectores boscosos mantenidos como sombra para el cultivo de café. En otros lugares, los bosques han sido talados para la ganadería.

Las actividades agropecuarias del sector en mención han incentivado el proceso de deforestación hacia Boquete, Volcán, Cerro Punta y Río Sereno afectando las aves de habitáis boscosos y húmedos, confinándolas paulatinamente hacia tierras más recónditas. Este fenómeno ha incidido en el ritmo migratorio altitudinal como el de la Cotinga de Tres Mocos (Procnias tricarunculata), conocida localmente como «calandria». Así mismo, la eliminación de la selva muy húmeda tropical del Pacífico (tierras altas chiricanas) traerá la posible eliminación de varias aves exclusivas de la región occidental.

Hacia el este del territorio los suelos son más pobres y el efecto humano ha sido mayor. Gran parte de este territorio (distritos de Gualaca, Dolega, Remedios, San Lorenzo, San Félix y Tole) han sido dedicados a la ganadería, siendo además áreas indígenas donde se practica la agricultura de subsistencia. Las selvas vírgenes se restringen hacia las cimas de la cordillera, aunque se mantienen grandes sectores boscosos hacia la vertiente atlántica, donde la densidad humana es casi nula. Hacia los sectores del este chiricano sólo se localizan aves con alto gradiente de adaptación a la alteración humana, siendo principalmente aves granívoras y omnívoras.

De las especies exclusivas de la región occidental de Panamá se conoce del antiguo comercio ilegal del quetzal – hoy bajo control de exportación por la Convención CITES, existiendo la cacería eventual de éste por parte del grupo indígena guaymí, cuyas plumas se emplean en la confección de sombreros rituales. En los sectores superiores cordilleranos se conoce de la cacería del pavito negro y de torcazas. La torcaza de collar (Columba fascista) está protegida por Decreto-Ley desde 1969 pero, su aplicación efectiva es limitada ya que, sigue siendo perseguida por supuestos clubes de caza de dicha área. De igual manera, la Resolución Ministerial 002-80 protege todas las palomas torcazas de los géneros Geotrygon, Columba, Leptotila y Zenaida propias de la región pero, tienen igualmente poca efectividad. Dado el difícil acceso hacia los habitáis de loros y pericos endémicos no se registra una verdadera presión de captura de éstos, salvo la del perico frentirrojo el cual es vendido en Mercados Públicos o, son eliminados por los ataques que hacen a los cultivos agrícolas.

A.2. Perspectivas de conservación

-En la Cordillera Central-Talamanqueña se encuentra enclavado el Parque Nacional Volcán Barú con 14,375 Has creado en 1976. Este Parque protege según sus disposiciones legales todas las especies endémicas del sector, siendo mayormente selvas nubosas, aunque la aplicación de controles se hace difícil por la entrada de cazadores furtivos especializados.

– Las diversas declaraciones de intención entre los Presidentes de Costa Rica y Panamá sobre el Parque Internacional de La Amistad propenderá a la subsistencia de las aves endémicas de tierras altas chiricanas y las serranías y tierras bajas de Bocas del Toro. Aún está pendiente su declaración formal como Parque Nacional, por parte del Gobierno Panameño.

– La creación de los Proyectos Hidroeléctricos de Estrella de Los Valles y Fortuna han requerido de la creación de sus dos Reservas Forestales protectoras que garantizan la captación de aguas en la cuenca superior de los ríos que la abastecen y por ende, involucra la conservación de un buen territorio como refugio de aves de zonas montañosas del sector chiricano central.

– Mediante el Decreto Ejecutivo NO. 25 del 28 de septiembre de 1983, fue declarado el Bosque Protector de Palo Seco, el cual protege las zonas montañosas de Chiriquí y Bocas del Toro. Esta zona protege jurídicamente a la gran parte de las aves endémicas tanto de la zona cordillerana como de las cuencas de los ríos Chiriquí, Malí y Guabo. Esta zona está constituida por 2,440 km2 de selvas pluviales.

– Hacia el oeste de la Cordillera Central – área de San Félix, se encuentra suspendido el proyecto de explotación de minas a cielo abierto -Cerro Colorado, que si bien es cierto se ha de desarrollar en un área desforestada, la afluencia de población en el área intensificará las incursiones de cacería hacia las selvas nubladas vecinas.

La puesta en funcionamiento del oleoducto transístmico y una carretera paralela que atraviesa el sector de Fortuna hacia la zona costera de Chiriquí Grande en el Atlántico ha tenido ya grandes repercusiones en el proceso de deforestación del área como ha sido tratado en literatura (Suman, 1985). Existen ciertas discrepancias entre el grupo indígena de la región y los colonos latinos que se introducen al área para crear sus propios cultivos, particularmente siembras de café y cacao. La tramitación de la Reserva Indígena Guaymí (hoy Ngöbe Bugle) podría beneficiar la conservación de las cubiertas boscosas dada la actitud positiva del indígena hacía el medio ambiente, pero en caso de continuar la colonización del área como se está dando en las actuales circunstancias, tendremos un futuro poco halagüeño para las aves con razas exclusivas de esta interesante región biogeográfica. Este fenómeno ocasionará finalmente la segmentación y aislamiento de estos territorios que afectarán irreversiblemente los fondos genéticos del área (PNUMA, 1981), quedando reducidas a pequeñas islas montañosas. El proceso de deforestación en el sector Atlántico panameño podría afectar definitivamente el proceso evolutivo de esta interesante avifauna.

A.3. Recomendaciones

1. Promover la conservación del Parque Nacional Volcán Barú mediante la designación de guardaparques que llevarían un estricto control de tala y quema en el Parque, subvencionado por las entidades respectivas.

2. Solicitar al Gobierno Nacional la rápida tramitación de fondos internacionales y de presupuesto para la puesta en ejecución de un Plan de Manejo del Parque Internacional de La Amistad, previa designación formal del mismo mediante un Decreto-Ley.

3. Desarrollar campañas de divulgación ante las autoridades de la región y población rural demostrando la importancia de conservar las selvas nubosas del Parque Nacional Volcán Barú y el futuro Parque Internacional de La Amistad.

4. Mancomunar esfuerzos con el Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación para el desarrollo de campañas ambientales en favor de la mantención de las selvas nubosas, imprescindibles para la mantención del régimen hídrico de los proyectos hidroeléctricos y que son por ende, refugio de la avifauna de la región.

5. Llevar una minuciosa vigilancia del proceso de colonización de la provincia de Bocas del Toro a través de la carretera transístmica. En su caso, recomendar al Gobierno Nacional la designación de puestos de control de tala y caza (cuyos fundamentos legales existen) en los sectores montañosos de la región central de la provincia de Chiriquí. El personal a designar deberá ser como mínimo un técnico en recursos naturales o de formación académica afín.

6. Promocionar objetivamente ante las entidades de crédito el grave peligro que conlleva la transformación de estos sectores montañosos en zonas improductivas por los riesgos de erosión. Así mismo deberá promoverse entre el campesinado de dichas áreas mediante campañas radiales de concientización. Esta labor garantizaría la mantención de fuente de recursos alimenticios para las aves de las selvas húmedas y nubosas del occidente panameño.

B. Región Central Panameña

Cordillera Central

La Cordillera Central es la prolongación de los macizos montañosos de Chiriquí (talamanqueños) con sus particularidades de aves endémicas. Las alturas montañosas correspondientes al sector central de Panamá decrecen paulatinamente del occidente hacia el este, siendo la del Cerro Santiago en Chiriquí la mayor con 2,800 m., y la del Cerro Gaital al este con 1,285 m. (área de Campana, provincia de Panamá).

Esta zona presenta características avifaunísticas como las siguientes:

Es la región donde habitan como endémicos los bobitos rayados, el colibrí ardiente, la tángara rastrojera pechiamarilla, el picogrueso verdeoliva, además de registrarse hacia los sectores montañosos una decena de razas geográficas, destacándose la vertiente atlántica donde se localizan las selvas muy húmedas tropicales de Calovébora, Concepción y Guabal.

Es el límite sureño centroamericano de especies de zonas montañosas como el pavito negro, el gallito de monte pechinegro, algunas palomas selváticas, varias especies de pericos, colibríes (dentro de los cuales se destacan los géneros Eupherusa, Lampornis, Philodice y Selasphorus). Asimismo se encuentra el límite sureño del quetzal centroamericano, la aurora dorada, varios carpinteros, subepalos, horneros y una especie de saltarín. También encuentran su límite de distribución diversas cotingas, zorzales, cucaracheros, mieleros, parúlidos y tangáridos ya enlistados en el Apéndice No. 1.

La región central es igualmente el límite de distribución de aves de origen sudamericano que en total suman 28 especies conocidas hasta el momento (véase Apéndice No. 2).

Finalmente, la región central cordillerana de Panamá es límite de invernación de aves norteñas de áreas boscosas, algunas de las cuales son muy ocasionales, sumando en su conjunto 25 especies (Apéndice No. 3).

B.1. Efectos antropogénicos

Las especies representadas en la Cordillera Central están confinadas a las partes montañosas mayores de 900 m. en el lado Pacffico, donde aún no ha llegado el efecto de la deforestación. Las zonas veragüen-ses son áreas indígenas guaymíes con una notable alteración de vegetación nativa. La no conservación de sus selvas nubosas ponen en peligro la supervivencia de especies selváticas de origen centroamericano, muy especialmente las aves cinegéticas como el pavito negro y las palomas selváticas del género Geotrygon además, ha de recordarse que esta zona es el Iímite sureño de distribución del quetzal centroamericano.

Un antiguo camino hacia el Atlántico que une la población de Santa Fe de Veraguas con Calovébora se ha hecho muy transitado en los últimos tiempos por parte de colonos, poniendo en peligro las selvas vírgenes de dichos sectores, de llevarse una tala incontrolable en el área (recuérdese que dicha zona también es el límite de distribución de los colibríes del género Selasphorus, una especie de ambientes montañosos).

Hacia los bosques muy húmedos tropicales del Atlántico existe un gran proyecto de desarrollo integral -PROESA, el cual contempla dentro de sus planes el desarrollo de dichas áreas como potencial agropecuario y forestales. El proyecto en mención incluye el desarrollo de la agroforestería y cría de búfalos asiáticos. También ha sido considerada la explotación de una mina abandonada localizada en el río Concepción, la cual podría ocasionar la tala de los sectores aledaños y, la disminución de las aves del sector (cabe señalar que varias de ellas son razas geográficas endémicas del Atlántico).

La cacería de aves en el sector Atlántico panameño es muy limitada y podríamos considerar que no tiene un efecto negativo en estos momentos: el exceso de lluvias y acceso difícil a los sectores montañosos limita bastante las incursiones de caza en la región. Sólo se ha observado la cacería eventual de perdices de arca y rastrojos así como de pavas de monte, hacia el sector costero de Veraguas y Colón.

Hacia la Costa Abajo de Colón y Panamá Oeste ya se observa la deforestación de grandes extensiones de territorio incorporados a la expansión agropecuaria. Las selvas se han ido restringiendo poco a poco quedando sólo bajo protección el Parque Nacional Altos de Campana y la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá, la que incluye diversas áreas protegidas (véase más adelante).

B.2. Perspectivas de conservación

En 1967 fue creada la Reserva Forestal de La Yeguada con el fin de proteger la cuenca del río San Juan el cual abastece la Hidroeléctrica de dicha región. Desde aquel entonces ha sido desarrollado un programa de reforestación con pinos caribeños existiendo hoy día unas 2,500 Has. ref crestadas. Aún cuando la vegetación de pinares no es el hábitat más óptimo para las aves silvícolas, éstos han brindado un buen sotobosque para aves insectívoras nativas y migratorias, según los estudios poblacionales que hemos desarrollado en dicha zona. Aparentemente la mantención de los pequeños rastrojos a lo largo de quebradas y riachuelos, ha propiciado buenos habitáis para estas especies. Un notable aumento de tiránidos y vireos ha sido registrada en el área. Por estos motivos se recomienda continuar con la reforestación del área, manteniendo los mencionados rastrojos nativos.

En julio de 1986 fue creado el nuevo Parque Nacional General de Brigada Ornar Torrijos Herrera, enclavado en las serranías coclesanas. El mismo protege las selvas nubosas de los alrededores de Cerro Marta, el cual posee gran diversidad de las aves mencionadas en el Apéndice N2 2 y 3. Con la ejecución de un Plan de Manejo para dicho Parque Nacional, se estará garantizando la mantención de hábitats exclusivos de las aves selváticas del norte de Coclé. Al respecto, los grupos conservacionistas han ofrecido su asistencia en la realización de éste, a través de la Fundación de Parques Nacionales y Medio Ambiente.

Mediante Decreto-Ley del 29 de junio de 1966 fue creado el Parque Nacional Altos de Campana -el primero en la República de Panamá, protegiendo una amplia zona boscosa de 4,800 Has. con diversas especies representativas de la región centro-oeste del país. Aún cuando se presentan ciertos problemas de tala en las zonas adyacentes a los poblados, el Parque mantiene una Oficina Administrativa con algunos guardaparques. Esta zona ha sido sitio preferencial para la observación de aves selváticas.

A través de la ratificación de los Tratados Torrijos-Carter de 1977 la isla de Barro Colorado fue mantenida como Monumento Natural bajo la custodia del Instituto de Investigaciones Tropicales Smithsonian. En la misma se lleva un estricto control de acceso, poseyendo un magnífico Cuerpo de Guardabosques.

Mediante la Ley Ns 14, de enero de 1967 ha sido creada la Reserva Forestal de Madden la que protege parte de la Cuenca del Canal y zonas adyacentes a la isla de Barro Colorado. Posteriormente, fue creada la Ley N2 17, del 17 de mayo de 1979 por medio de la cual se crean Reservas Forestales de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá, garantizándose la mantención de amplios sectores boscosos de tierras bajas panameñas. Finalmente, la Ley NB 13, del 21 de mayo de 1980 crea el Parque Nacional Soberanía la cual protege unos 22,500 Has. con abundancia de selvas y rastrojos densos. Se destaca en este Parque el sector de Pipeline Road en el cual han sido registradas unas 350 especies de aves y, donde se han desarrollado profundos estudios poblacionales, -realizados mayormente por el Dr. J. Karr. Este sitio es por consiguiente, uno de los más diversos en el mundo, en lo que a avifauna local se refiere.

Mediante gestiones realizadas por la Fundación PA.NA.M.A. ante las entidades gubernamentales se logró la designación del Parque Nacional Chagras, en octubre de 1984. El mismo protege la cuenca superior de dicho río, el más importante para el funcionamiento del Canal de Panamá. Este Parque protege las aves más representativas de las montañas del centro de Panamá en conjunto con el Parque Nacional vecino de Portobelo (véase más adelante). Así mismo ha sido creada una Comisión de Trabajo para el Canal de Panamá la cual ha editado un documento valioso para la protección de tan valiosa cuenca hidrográfica.

C. Macizo montañoso de la Península de Azuero

Las provincias centrales fueron las primeras zonas colonizadas de la República y hoy, sólo las zonas montañosas del suroeste de la península mantienen cobertura boscosa. (Véase mapa N2 2). La mayor altura de la región la constituye el Cerro Hoya con 1,660 m., perteneciendo mayormente a las selvas muy húmedas tropicales.

Los recientes estudios de las zonas montañosas de dicha región hurí arrojado interesantes resultados, complementando la información do Aldrich & Bole (1937), así como la de Wetmore (1965-1973). Aún cuando se trata de una zona montañosa aislada, se ha comprobado que la avifauna lleva cierta afinidad con la avifauna de la Cordillera Central.

La región posee algunas razas de aves endémicas y, se requiere de colectas para determinar la existencia de otras variedades. La región resultaría muy interesante en estos aspectos de distribución ya que, recientemente ha sido localizada una nueva subespecie de perico habado (Pyrrhura picta eisemnanni) localizada en el extremo suroccidental de la península (Delgado, 1984). Lo más interesante de ello ha sido que, esta raza panameña es afín con otro representante sudamericano, y no con aquellos de origen centroamericano como era de esperarse.

C.1. Efectos antropogénicos

El efecto de deforestación del noroeste de la península de Azuero se remonta a la época precolombina, favorecida por el desarrollo de hemiselvas espinosas donde se practicó la quema de grandes extensiones de terreno (Bennett, 1973). Hoy, el panorama de dicha zona es de deforestación total, encontrándose sólo minúsculos bosques de galerías a lo largo de diversos ríos.

Apenas un 8% del territorio de la península de Azuero tiene cobertura boscosa – principalmente hacia el suroeste. Por tratarse de la zona más montañosa de la región central pacífica, ésta requiere de una prioridad en los planes de conservación nacional. La tala iniciada en aquellos sectores selváticos iniciada en años recientes, pone en peligro inminente a la avifauna recién estudiada. Cabe señalar que dicha zona es una de las más sensibles a movimientos sísmicos ya que, se encuentra en la fractura geológica de la península de Azuero. Hoy se pueden observar en todos los sectores de gran pendiente los efectos de aquella época sobre las selvas vírgenes de dicha región, fenómeno ocurrido en 1973 y 1986.

La destrucción de los bosques de tierras bajas ha ocasionado el descenso drástico de aves influenciado por el desarrollo agropecuario especialmente, por la siembra de caña de azúcar, sorgo y la ganadería. Resulta interesante que el Dr. Wetmore registra aves selváticas y de rastrojos en áreas tan próximas como Parita y Monagrillo, en Herrera, tratándose de épocas tan recientes como 1948.

Una drástica disminución de poblaciones de guacamayas ha ocurrido en la Península de Azuero, dada la persecución a que han sido objeto para la obtención de plumas, caudales a emplear en la danza folklórica de Diablicos Sucios. Así, hay constancia que las mismas existieron en los manglares.del río La Villa, en el cerro Canajagua para los años 60 y, todo el litoral sur de Azuero incluyendo los manglares del río Oria, Cañas, Tonosí y Cambutal. A la fecha, sólo algunas parejas han sido vistas hacia el suroeste de la península donde es menor la influencia humana.

C.2. Perspectivas de Conservación

Mediante la Ley 52 del 12 de septiembre de 1977 fue protegida la Reserva Forestal del Montuoso al noroeste de la península de Azuero con 2,500 Has. protegiendo de esta manera diversas aves de la zona centro-sur de Panamá. En esta área aún se localizan perdices de arcas, tucanes y muy variadas especies de pájaros canoros. La zona posee una parcial vigilancia, aunque no se observan talas o cacerías excesivas.

Mediante el Decreto Ejecutivo ISP 74 del 2 de octubre de 1984 fue declarado el Parque Nacional de Cerro Hoya con una extensión de 32,500 Has. en el suroeste de la península. Este Parque posee 5 zonas de vida, incluyendo las selvas húmedas tropicales y montanas. Los efectos de deforestación se han ido acrecentando últimamente requiriéndose de una vigilancia efectiva mediante la designación de guardaparques. Dicha área es igualmente importante por ser el centro geográfico de todas las cuencas hidrográficas del sur de Azuero. En dicha zona aún son comunes las grandes aves cinegéticas como perdices de arca, pavones y pavas de monte. Así mismo se encuentran grandes rapaces así como diversas especies de loros, pericos y dos especies de guacamayos. Los guacamayos verdes y rojos han logrado subsistir por la existencia de rodales gigantescos de árboles de cuipo (Cavallinesia platanifolia; Bombacacea) los cuales brindan sitios óptimos para anidación, siendo también sus fuentes de alimentación los árboles de espavé (Anacardium excelsum). La conservación de éstos últimos rodales merecen una pronta protección dado el grado de deforestación observado en abril de 1986.

Mediante Decrero-Ley Ne 52, del 2 de diciembre de 1977 fue creada la Reserva Forestal de La Tronosa en el distrito de Tonosí con 3,500 Has. de las cuales sólo quedan unas 2,500 Has. de cobertura boscosa, ocasionado por la tala desmedida que se ha llevado en los últimos tiempos. Aún cuando se ha llevado cierto control de deforestación en el área, los residentes del área son reconocidos por sus labores tradicionales de tala y quema.

La denominación de dicha área como Reserva de Uso Múltiple, permitiría amortiguar la colonización de los sectores más altos y variados correspondientes a la zona este del vecino Parque Nacional Cerro Hoya. La migración de pobladores de dicho distrito hacia la región del Darién ha ayudado a disminuir la presión de colonización hacia los sectores de la Reserva Forestal. De hecho, la idiosincracia de los pobladores de la región dificulta la aplicación de leyes de sanción por deforestación en los sectores de selva virgen.

Finalmente he de señalar que los manglares del Golfo de Parita poseen las colonias más grandes de tierra firme panameña de aves acuáticas, incluyendo garzas, bocachos, ibises, cormoranes y patos nativos lo que requiere de la mantención de dicha asociación vegetal por el valor potencial y biológico que éstos poseen. La designación de estos sitios como Reservas Biológicas podría ser una medida muy saludable de conservación.

D. Isla de Coiba e islas adyacentes

La isla de Coiba es la más grande de la República de Panamá ubicada a 35 kms. de tierra firme panameña. Más de un 80 % de ella tiene cobertura boscosa constituida primordialmente por selvas tropicales de tierras bajas y una pequeña porción hacia el noroeste, posee selvas lluviosas tropicales. La longitud máxima es de 34 kms. Hacia el sur se encuentran las islas de Jicarón y Jicarita cubiertas en su totalidad de selva virgen.

Las aves de la isla de Coiba han sido estudiadas por Wetmore (1957) teniendo resultados muy valiosos: La isla es el territorio insular más importante con una notable cantidad de razas geográficas de aves y mamíferos, incluyendo 20 razas únicas de aves paséridas, principalmente hormigueritos, pechiamarillas y cucaracheros. Esta isla además, posee la mayor población de guacamayos rojos (Ara macao) de toda la República de Panamá (Ridgely, 1980). Las razas endémicas se incluyen en el Apéndice NO. 4.

D.1. Efectos antropogénicos

La isla es una colonia penal bajo la administración de las Fuerzas de Defensa de Panamá. En el centro-este de la isla se han desarrollado fincas agropecuarias mantenidas por los reclusos y hoy, rápidamente ha aumentado la explotación forestal de la isla poniendo en peligro la supervivencia de las aves de sectores boscosos, siendo endémicas muchas de ellas. Siendo estas selvas una de las pocas de tierras bajas de Panamá (y la única insular) se requiere de una conservación urgen te, especialmente, por la abundancia relativa del guacamayo rojo, citado por Ridgely (op. cit.)

En general, la isla no sufre de caza excesiva de aves (aunque aparentemente, sí de mamíferos) y se conoce de la captura muy eventual de guacamayos rojos.

D.2. Perspectivas de conservación

Hasta el presente no ha sido preparado documento alguno para la protección de la isla de Coiba, aún cuando se ha resaltado en varios trabajos científicos la importancia de su fauna (Wetmore, 1957; Mitlermier & Milton, 1978). Se requiere de un programa de manejo de recursos naturales que garanticen la supervivencia de las veinte razas geográficas que habitan la isla, tal como existe un plan ordenado de explotación forestal.

La designación de algún sector de Coiba como reserva Biológica sería una acción conservacionista meritoria, acaso en la zona más húmeda (sector occidental y sur de la isla) las cuales son las menos alterados. Al respecto se señala que, los estudios científicos podrían realizarse de forma coordinada por parte de grupos interesados en la naturaleza, los que laborarían conjuntamente con entidades gubernamentales y la participación activa de las Fuerzas de Defensa, principal custodio de la isla.

«…El restringido acceso llevado como norma de seguridad previene la entrada de visitantes furtivos y, la presencia de la Guardia Nacional podría ayudar a prevenir la extracción maderera y la cacería furtiva… Si Panamá’ está empeñada en conservar una pequeña parte de su patrimonio natural, alguna acción decisiva debe iniciarse inmediatamente para salvar áreas como la isla de Coiba…» (Mitlermier & Milton, op. cit.).

La creación del nuevo Instituto de Recursos Renovables abre hoy una nueva perspectiva y una luz de esperanza ante los planteamientos manifestados por reconocidos científicos que han tenido el placer de estudiar las bellezas naturales de la isla de Coiba.

Recomendaciones generales para la conservación de la región central de Panamá

1. Considerar como una prioridad dentro de la estrategia nacional de conservación la mantención de los bosques húmedos tropicales de la región central del país hacia la vertiente Atlántica. Esta región posee el principal ecosistema que mantiene las condiciones climáticas de la vertiente pacífica. La región posee algunas razas geográficas de aves selváticas, aún cuando su estructura avifaunística es poco conocida. El proceso de colonización planeado para un área de dicha región requerirá de la mejor asistencia técnica por parte de profesionales como ingenieros forestales, ecodesarrollistas, paisajistas y biólogos los que deben aunar sus esfuerzos con agrónomos y otros profesionales del agro, a fin de que se logren estudios objetivos sobre el uso potencial de la tierra (aplicable a PROESA).

2. Requerir de un control estricto de quema en el Parque Nacional de Campana (más notable hacia la población de Chica) y la promoción del turismo científico.

3. Exhortar a las entidades correspondientes a la mantención de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá, muy especialmente del territorio comprendido dentro del Parque Nacional Soberanía y la Zona de Pipeline Road. Además, se elogia la labor del Servicio de Guardabosques del Monumento Natural de Barro Colorado y el Parque Nacional Soberanía. De hecho, dichas zonas representan la mayor diversidad específica de aves de tierras bajas panameñas de origen centroamericano. Así mismo, esta cuenca representa la base para el buen funcionamiento del Canal.

4. Exhortar a las entidades correspondientes a la realización del Plan de Manejo del Parque Nacional Cerro Hoya, en el suroeste de la península de Azuero. Urgentes medidas se requieren en el control de tala, principalmente hacia la región norte donde la misma se ha visto acrecentada en los últimos tiempos, por parte de colonizadores espontáneos y ganaderos afincados. El Parque Nacional Cerro Hoya es el último reducto boscoso donde se localizan las grandes rapaces y guacamayos verdes y rojos, así como loros y pericos. Con el fin de preservar estas aves se recomienda la extensión del área protegida hacia el norte, incluyendo las selvas nubosas de Marroquín, zona El Macho y Manglillo, centros hidrográficos de los ríos Tonosí y Güera en el este, y Pavo y Quebró en el oeste de la península.

5. Se requiere designar una amplia zona de selvas húmedas tropicales en la isla de Coiba, recomendablemente hacia el noroeste de la misma, donde se mantienen las últimas poblaciones estables de guacamayos rojos de la República. Además, dicha isla posee 20 razas de aves endémicas las que merecen su perpetuación.

6. Se recomienda la mantención y declaración de Refugios de Vida Silvestre los sectores de manglar del Golfo de Parita donde se mantienen las colonias de aves acuáticas más grandes de tierra firme panameña, incluyendo especies ya protegidas por Decreto-Ley.

7. Se recomienda crear conciencia internacional sobre la conservación de guacamayos en la península de Azuero. Las gestiones deberán estar encaminadas a la obtención de plumas caudales que logren suplir la demanda actual por parte de los danzantes de Diablicos Sucios, los que indiscriminadamente las eliminan para obtenerlas.

E. Región Oriental Panameña (Colón, Panamá y Darién)

La región oriental de la República de Panamá posee sus zonas montañosas muy cerca de los sectores costeros siendo la parte central del istmo tierras bajas de las cuencas del río Bayano en Panamá y las del río Tuira y Chucunaque en Darién. Hacia el oeste (centro-norte del país) se encuentran las serranías de mediana elevación como Cerro Chucantí y Cerro Jefe con 1,000 m. de altura. Hacia el extremo oriental se localiza el Cerro Tacarcuna con 1,875 m. y las Alturas de Nique-Pirre con 1,540 m., muy cerca de la frontera colombiana.

La mayor cantidad de zonas boscosas se localizan hacia el occidente de dicha región, y hacia el norte de la misma (a lo largo de la Sierra Llorona del Atlántico). Al sur de la cuenca del río Bayano se encuentra la Serranía de Majé la cual posee selvas muy húmedas tropicales, poco alteradas hasta el momento.

– La avifauna de la región oriental de Panamá posee en general componentes de origen sudamericano pues sus puntos montañosos comprenden la subregión zoogeográfica del Chocó la que incluye los territorios del Darién en Panamá y el Chocó y Sinú en Colombia.

– Los macizos montañosos poseen aves endémicas como: un gallito de monte, una perdiz, una paloma selvática, un periquito azul, tres colibríes y un bobito. Entre los pájaros canoros se destacan: dos hormigueros, una pechiamarilla, un cucarachero, una oropéndola y tres tángaras. En su total suman 21 especies endémicas (véase Apéndice NQ 5); este número es muy inferior comparado con el endemismo de la región occidental (Chiriquí, Bocas del Toro) el cual llega a 55 especies.

– La región oriental del país posee decenas de razas geográficas las que reafirman su importancia como centro de diversidad avifaunística, siendo sus áreas principales las zonas montañosas de Sapo, Ñique, Pirre y Tacarcuna.

– El este panameño sirve de límite de distribución a aves ampliamente distribuidas en Sudamérica, siendo 18 especies no-paséridas y 31 aves paséridas. De estas últimas se destacan horneros, pechiamarillas, mieleros y tángaras, entre otras. Merecen destacarse como habitantes de esta zona los quetzales áureos, los guacamayos verdirrojos, azul y amarillos y la guacamayita severa. También se encuentra un atractivo loro de cabeza amarilla.

E.l. Efectos antropogénicos.

Grandes sectores de tierras bajas de esta región han sido desforestadas desde tiempos coloniales (Chepo-Pacora), destinadas mayormente a cultivos agrícolas y zonas ganaderas. Por el contrario, en épocas recientes se ha iniciado una deforestación acelerada a lo largo de la Carretera Panamericana.

Con el inicio de la construcción de la Hidroeléctrica de Bayano para el 1970, fueron efectuados traslados de poblaciones indígenas producto del embalse. Paulatinamente ha ocurrido la entrada masiva de inmigrantes de las provincias centrales y Chiriquí, aún cuando dicha región está protegida por Ley: con asombro vemos como año tras año ha ido aumentando el proceso de deforestación de zonas adyacentes al lago Bayano, incrementándose además la extracción maderera. Con la continuación de dicha carretera hacia Yaviza, este fenómeno ha ido plagando más y más las áreas recónditas de Darién.

Sólo la Serranía de Majé mantiene amplios sectores de selvas vírgenes los que son mayormente refugios de aves selváticas. Es poco halagüeño su futuro ya que, los campesinos de las provincias centrales continúan adentrándose a los sectores más altos pues, existen ciertas presiones por parte de los grupos indígenas kunas y emberás por no permitir que éstos se introduzcan en los territorios designados como Reservas Indígenas.

Las zonas aluvionales y contornos de los ríos Tuira y Chucunaque son por lo general, empleadas por los grupos indígenas para cultivos de subsistencia y, hacia las zonas estuarinas los grupos negroides desarrollan igual actividad. Estos hechos aunados a la construcción de la Carretera Panamericana han ocasionado una deforestación que aumenta a pasos agigantados. Cabe señalar que en diferentes sectores de Panamá y Darién – y muy especialmente en tierras bajas y bordes de la carretera, se han dado concesiones forestales las que en gran medida acarrearán funestas consecuencias para la avifauna darienita.

El proyecto de carretera hacia Colombia a través del Tapón del Darién traerá un drástico cambio en la fisonomía de las selvas darienitas. Dadas las precarias condiciones socioeconómicas de campesinos colombianos, se prevee una masiva migración de éstos, ocasionando grandes perturbaciones a la selva caracterizada por un alto nivel de endemismo. Los mismos afectarían sectores como Cerro Pirre, Alto Quía, Alturas de Ñique y partes medias del Cerro Tacarcuna, todos ellos cerca de la frontera colombiana, y por lo tanto deberían tomarse medidas de control forestal e inmigración a través de puestos ubicados a lo largo de la frontera, especialmente en Paya, Palo de las Letras y Jaqué. No se recomienda la construcción de la carretera hacia la frontera colombiana.

La Sierra Llorona Samblasina (hoy Kuna Yala) hacia la región norte del istmo mantiene amplios sectores selváticos y podríamos afirmar que están debidamente protegidos por el grupo kuna, reconocidos por su respeto hacia la Naturaleza. En general, el acceso a dichos territorios es restringido a grupos hispanos, latinos o antillanos en lo que a tala y quema se refiere.

Debido a que las tierras bajas del Darién están ocupadas por indígenas, la cacería de aves está reducida a la caza de subsistencia. Eventualmente, algunos cazadores capitalinos hacen excursiones hacia dicha región capturando perdices, pavas, pavones y palomas torcazas. Por otro lado la colonización por parte de campesinos de las provincias centrales y Chiriquí está acrecentando la cacería de estas valiosas especies cinegéticas, especialmente hacia la región de Bayano, el río Chucunaque y Alto Majé.

Uno de los mayores problemas de conservación de las aves de la selva del Darién es el comercio de especies protegidas entre las que se destacan las tres especies de guacamayos y loros. Dada la lejanía de la zona, la ausencia de guardabosques y con un buen sistema de transporte marítimo y aéreo en el área, es casi imposible llevar un control del comercio ilegal de ellas. Aún cuando hoy día dicho comercio ha disminuido drásticamente en comparación con años anteriores, aún se ven piraguas en los grandes ríos con guacamayos y loros volantones sacados a la venta por indígenas (los que tienen mejor acceso a las zonas de anidación y habitáis de estas aves). Los precios de venta son irrisorios y su venta preocupa pues, el Darién es el límite de distribución norte de especies mayor distribuidas en América del Sur. Colibrí pico de hoz (Cutoxeres aquila)

D.2. Perspectivas de conservación

Mediante la Ley 91 del 22 de diciembre de 1977, fue creado el Parque Nacional e Histórico de Portobelo, el cual protege las tierras bajas de Portobelo en la provincia de Colón y la zona montañosa de Cerro Bruja (1,079 m.). Lamentablemente, cuando fue creado dicho Parque, el proceso de deforestación ya se habla iniciado requiriéndose luego de una modificación, quedando hoy día como una zona de uso múltiple con aumento acelerado de la deforestación (observable hacia el área de Nuevo Tonosí). Este hecho ha restringido tremendamente las zonas de distribución de aves de montaña de dicha región, caracterizada por tener aves representativas centroamericanas.

Mediante Decreto N2 73 del 2 de octubre de 1984 fue creado el Parque Nacional Chagres gracias a gestiones promovidas por la Fundación de Parques Nacionales y Medio Ambiente -Fundación PA.NA.M.A. El mismo contempla la protección de la principal cuenca abastecedora del lago Gatún, básico para el funcionamiento del Canal de Panamá. Estos bosques incluyen grandes sectores de bosques nublados con una avifauna transicional: poseen componentes tanto centroamericanos como sudamericanos, destacándose por su diversidad y abundancia la región de Cerro Jefe y Cerro Azul, óptima para el desarrollo de activi dades como la observación de aves y turismo naturalista. Actualmente, se ha desarrollado en el área un gran complejo urbanístico el cual deberá ir acorde con los principios básicos de conservación del bosque.

Una mayor alteración de la cobertura boscosa del Parque Nacional Chagres ha sido ocasionada por colonos interioranos dispersados por todas las áreas ribereñas de la cuenca del Chagres la que no prevee un futuro promisorio para las aves selváticas de este complejo biogeográfico. La designación de una Comisión para la Cuenca del Canal de Panamá vislumbra un mejor futuro en la conservación de este Parque el cual limita hacia el norte con el Parque Nacional Portobelo y hacia el suroeste con el Parque Nacional Soberanía, todos ubicados dentro de la Cuenca del Canal de Panamá.

Mediante Decreto fue creado el Bosque Protector de la Cuenca Hidrográfica de Bayano garantizándose la mantención legal de la vegetación del curso superior de este río y sus afluentes. Actualmente, dicha disposición legal tiene poca efectividad dada la afluencia de campesinos inmigrantes. Hacia el centro del lago Bayano ha quedado la isla Majé (como resultado del embalse), estando ubicada en ésta una Estación Biológica, bajo la administración del Laboratorio Conmemorativo Gorgas. En ella se realizan estudios periódicos de fauna local.

Mediante Decreto 75, del 2 de octubre de 1984 fue creada la Reserva Forestal de Canglón, como resultado de gestiones conjuntas de la Fundación PA.NA.M.A. La misma protege una faja extensa de selvas ubicadas a lo largo de la Carretera Panamericana ubicada muy cerca de la población de Yaviza, en el curso del río Chucunaque, aunque ya existían sectores desforestados en dicha área. Esta declaración legal garantizará la subsistencia de la avifauna local darienita de tierras bajas, requiriéndose de un estricto control forestal.

Mediante Decreto-Ley No. 27, del 7 de agosto de 1980 fue creada la Reserva de la Biosfera y Patrimonio Mundial de Altos de Darién. Este Parque cubre una extensión de 575,000 Has constituido primordialmente de selvas vírgenes pertenecientes a diversas zonas de vida, donde se ubica la mayoría de las especies de aves endémicas de la sub-región zoogeográfica chocó. Recientemente ha sido finalizado un Plan de Manejo para este Parque y recién se ha iniciado un apoyo al mismo mediante la construcción de una Oficina Administrativa y la designación de algunos guardabosques. Al respecto, los grupos privados de conservación han manifestado su interés de apoyar gestiones encaminadas a su protección y mantenimiento, tratándose de un área silvestre prioritaria.

En 1976 fue creada la Comisión Nacional de Prevención de la Fiebre Aftosa a fin de evitar la propagación de dicha enfermedad hacia regiones centroamericanas. Una de las normas recomendadas ha sido la de conservar una amplia faja de selvas tropicales que abarca el istmo del Pacífico al Atlántico. Dicha Comisión recibe asistencia financiera internacional y posee diversos puestos de control agropecuario. Esta medida ha sido de gran beneficio en la conservación de aves de selvas y se espera que se mantenga y prospere la vigilancia de la región darienita.

No podemos concluir esta sección sin señalar que la tala desmedida a lo largo de la Carretera Panamericana en el Darién y, las concesiones forestales ha sido uno de los factores más negativos en la conservación de las selvas de tierras bajas de la región oriental del país. Dado el grado de deforestación observado en la zona, vemos con mucha aprehensión el futuro próximo de toda la región. Ha sido muy notable la llegada de campesinos inmigrantes del interior de la República, reconocidos por sus actitudes tradicionales de tala y quema. Esta situación es muy preocupante si tomásemos el hecho que no han sido tomadas las medidas de control efectivo sobre éstos, ni se han puesto en ejecución verdaderos planes de manejo de recursos forestales. Estos últimos hechos se ven agravados con las contradicciones entre los grupos indígenas, latinos y grandes concesionarios forestales instalados en la región.

Es un hecho fehaciente que la creación de una Oficina de Enlace de Desarrollo Agropecuario no ha dado la solución efectiva ni real al problema de la colonización del Darién y, podríamos afirmar con toda seguridad que, la última esperanza de supervivencia de las aves de las selvas orientales de Panamá está en la mantención de la integridad de las Reservas Indígenas existentes y las áreas silvestres protegidas.

D.3. Recomendaciones.

1.Se recomienda la puesta en ejecución del Plan de Manejo de la Reserva de la Biosfera, Alturas de Darién, integrando la colaboración de entidades nacionales e internacionales de conservación. En este caso, se requiere de un apoyo prioritario a los guardabosques debidamente entrenados.

2. Se recomienda llevar un estricto control de deforestación de la nación de sitios óptimos para la avifauna local, especialmente la zona de Alto Maje.

3. Solicitar a las entidades respectivas se tomen las medidas necesarias para la conservación de los sectores más elevados del Parque Nacional e Histórico de Portobelo por ser el límite de distribución de especies de aves centroamericanas.

4. Resaltar la labor positiva de la Comisión Nacional de Prevención de la Fiebre Af tosa en su campaña regional y, exhortarlos a llevar una debida vigilancia de tala de las áreas protegidas darienitas por el bien del desarrollo pecuario de toda Centroamérica.

5. Recomendar a las entidades respectivas la realización de un estricto control del comercio de aves de las regiones darienitas y acorde con los preceptos del Convenio de CITES, al que la República de Panamá está abscrita. Deberá tenerse una vigilancia especial de la venta de guacamayos y loros protegidos por Decreto o Resoluciones de protección y control.

6. Exhortar a las entidades científicas de conservación así como las académicas la realización de campañas de divulgación de la importancia de las selvas tropicales como refugio de vida silvestre, producción de aguas, maderables, fondos genéticos y productores de oxígeno.

Consideraciones finales

La República de Panamá es el territorio más angosto de Mesoamérica y paso obligado de a ves hacia Sudamérica. Dado el proceso de deforestación observado y los proyectos de desarrollo planificados para un futuro inmediato se requerirá de la conservación de amplias zonas boscosas con avifaunas particulares.

Si bien es cierto que existen reglamentaciones legales referentes a la protección de áreas silvestres en el país, se requerirá de la puesta en ejecución de planes de manejo de varias de ellas, además de hacer efectivos los decretos existentes que protegen las aves de las zonas boscosas de Panamá.

En referencia a prioridades de protección de áreas silvestres con avifaunas particulares, se recomienda la mantención y control estricto de tala de las siguientes zonas boscosas:

1. Parque Nacional Volcán Barú 9 (selvas húmedas montanas y nubosas).

2. Parque Nacional de Altos de Campana (selvas húmedas y pluviselvas).

3. Parque Nacional Soberanía (selvas de tierras bajas del centro del istmo).

4. Reserva de la Biosfera Alturas de Darién (bosques húmedos y pluviselvas de influencia sudamericana).

Dichas regiones representan los sitios más notables de selvas de tierras bajas y montañas de la República, donde mayormente sobresalen los endemismos avifaunísticos. Los componentes centroamericanos pertenecen al Volcán Barú y el Parque Nacional Soberanía (de igual importancia dentro de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá en conjunto con el Parque Nacional de Chagres).

Por tratarse de las últimas y más grandes selvas húmedas tropicales del centro-sur de Panamá, su aislamiento geográfico y las razas geográficas allí encontradas, el Parque Nacional Cerro Hoya merece especial atención en la península de Azuero.

La reserva de la Biosfera de Darién contiene la mayoría de los representantes de la avifauna sudamericana y como tal, deberán incrementarse los esfuerzos para la mantención de una zona tan amplia de selvas húmedas tropicales. Complementariamente, se deberá mantener el Bosque Protector del lago Bayano y el Parque Nacional de Portobelo por poseer componentes de la avifauna mixta de origen centroamericano y sudamericano.

Referente a la protección de particulares aves de bosques tropicales de Panamá se cita de la necesidad de desarrollar una campaña nacional de protección de guacamayos y loros ya que, es muy notable el proceso de deforestación hacia el occidente del país donde se ubican variadas especies endémicas. Asimismo, se requiere de una campaña especial de protección de guacamayos rojos, eliminados en la República para la danza folklórica de Diablicos Sucios de Azuero.

En un mayor peligro se encuentran las aves cinegéticas mayores como perdices de arca, pavones, pavas cimbas y paisanas no sólo por su persecución constante sino también, por la eliminación de sus hábitat. Aún cuando se encuentran protegidas a través de regulaciones especiales se requiere de un control y normas de caza de éstas, válido igualmente para las diversas especies de torcazas. Primordial atención merece el pavito negro chiricano, tratándose de un género único en toda Centroamérica.

La conservación de amplias zonas boscosas del país es imprescindible para la subsistencia de las grandes aves rapaces como el águila arpía y la águila crestada. Irónicamente, la primera está representada en nuestro Escudo Nacional como símbolo de Soberanía. Sólo por este hecho patriótico, las águilas y aguiluchos panameños merecen mejor suerte.

Con urgencia se reguiere de una legislación sobre el mercado de loros y pericos del país, dada la persecución a la que han sido objeto en los últimos tiempos. Esta situación se ha agravado especialmente para el loro frentiamarillo, el cual por sus cualidades parlantes ha sido acosado en sus sitios de anidación: los manglares del Golfo de Parita, Tonosí y Río Grande.

Igual suerte han corrido las aves canoras de nuestras selvas, principalmente azulejos, verdones, piguigordos, bimbines, sangretoros, y paraos o chapines los que requerirán de un apropiado control de venta como mascotas y de una campaña adicional sobre la necesidad de mantenerlos en jaulas amplias y con alimentación apropiada. Igualmente han sido perseguidas las primaveras migratorias del género Icterus, en el interior de la República las que también merecen una especial atención.

Como fue indicado en otra sección, los quetzales centroamericanos requieren de un estricto control de tala de sus habitáis, y gue son una de las pocas aves panameñas registradas oficialmente en el Libro Rojo de la Naturaleza, gue trata sobre las aves que están en un real peligro de extinción en el mundo. Es esta una de las razones objetivas de la conservación de los bosques nubosos de la Cordillera Talamangueña chiricano-bocatoreña. Basta recordar que dicha zona posee el más alto nivel de endemismo avifaunístico de la República de Panamá.

EPILOGO

Amigo lector, como habrá observado la posición geográfica del istmo de Panamá nos ha privilegiado con tan diversa y rica fauna la cual, requiere del apropiado cuidado y conservación por parte de cada uno de los habitantes de nuestro país. Los planteamientos y recomendaciones aquí expuestos sólo lograrían positivos resultados mediante el desarrollo de un plan nacional de conservación de los habitáis de estas aves, las que juegan un papel importante en los frágiles ecosistemas de nuestras selvas tropicales y bosques nubosos. Este plan nacional deberá estar encaminado a la aplicación de tecnologías apropiadas para el aprovechamiento racional de los bosques -ya citados en literatura-, y a la concientización del campesinado panameño como principal actor de su crisis socioeconómica, hecho que lo avoca más y más hacia la selva tropical, bajo la presión de la frontera ganadera y la explotación forestal.

Sin lugar a dudas que estas acciones se verían reforzadas mediante el aporte decidido y constante tanto técnico, científico y económico de parte de entidades nacionales e internacionales experimentadas en lo referente al manejo de los recursos naturales y la fauna silvestre. Sólo mediante la integración y coordinación de este tipo de acciones por parte de entidades gubernamentales y grupos privados de conservación lograremos una real estrategia de conservación de habitáis que garanticen la perpetuación de las aves de las regiones selváticas de Panamá. Este es un gran compromiso para con las generaciones venideras y en este esfuerzo estaremos empeñados siempre.

APÉNDICE No. 1

Aves endémicas de la región occidental de Panamá: Cordillera Central (Talamanqueña)

Aves no-paséridas

1. Pavito negro (Chamaepetes unicolor)

2. Paloma selvática gorriazul (Geotrygon chiriquensis)

3. Churuquita frentirroja (Touit costarícensis)

4. Perico de mejilla roja (Pyrrhura hoffmanni)

5. Buhito talamanqueño (Otus clarkii)

6. Capacho talamanqueño (Caprimulgus saturatus)

7. Colibrí crestiblanco (Lophornis adorabilis)

8. Colibrí de garganta ígnea (Panterpe insignia)

9. Colibrí vientinegro talamanqueño (Eupherusa nigriventris)

10. Colibrí vientriblanco talamanqueño (Lamparais hemileucus)

11. Colibrí garganti-rubino costarricense (Philodice bryantae)

12. Colibrí vulcanero (Selasphorus flammula)

13. Colibrí de garganta ardiente (Selasphorus ardens)

14. Colibrí centellante (Selasphorus scintilla)

15. Aurora de ojos claros (Trogon clathratus)

16. Aurora de Baird (Trogon bairdii)

17. Capita’n cacareador (Semnornis frantzii)

18. Pichilingo fulgoroso (Pteroglossus frantzii)

19. Carpintero coroni-dorado (Melanerpes chrysuchen)

También pertenecen a este grupo de aves endémicas el colibrí cabe-cicúpreo (Elvira cupreiceps) el cual sólo ha sido localizado en la vertiente atlántica de Costa Rica. Así mismo se incluyen las razas geográficas panameñas de aves montañeras como: la perdiz serrana (Notho-cercus bonapartei), la paloma selvática rojiza (Columbia subvinacea) y el buhito cordillerano (Otus jardinii).

Aves Paséridas

1. Trepador rojizo talamanqueño (Margarornis rubiginosos)

2. Tapaculo frenti-argénteo (Scytalopus argentifrons)

3. Cotinga turquesa (Cotinga ridwayi)

4. Cotinga piquiamarilla (Carpodectes antoniae)

5. Cotinga sombrillera (Cephalopterus glabricollís)

6. Mosquerito pardo (Contopus lugubris)

7. Mosquerito ocre (Contopus ochraceus)

8. Urraca gorgiargéntea (Cyanolyca argentigula)

9. Cucarachero pechirrayado (Tryothorus semibadius)

10. Cucarachero talamanqueño (Thryorchilus browni)

11. Tordo cenizo talamanqueño (Myadestes melanops)

12. Tordo negruzco (Turdus nigrescens)

13. Zorzal piquinegro talamanqueño (Catharus gracilirostris)

14. Tordillo flanqui-amarillo (Phainoptila melanoxantha)

15. Víreo aliamarillo (Víreo carmioli)

16. Floristero cenizo (Diglossa plumbea)

17. Gusanero pechiamanllo chiricano (Geothlypis chiriquensis)

18. Gusanero coliblanco acollarado (Myioborus torquatus)

19. Gusanero mejilli-negro (Basileuterus melanogenys)

20. Zorzalino coronidorado (Zeledonia coronata)

21. Jaque cejiamarillo (Chlorophonia callophrys)

22. Tángara de mejillas ha badas (Tangara dowii)

23. Bimbfn frentiamarillo (Euphonia imitans)

24. Tángara azul y dorada (Bangsia arcaei)

25. Tángara ceniza de rabadilla ceniza (Heterospingus rubrifrons)

26. Ta’ngara amarilla alinegra (Chrysothlypis chrysomelas)

27. Tángara rastrojera cejiblanca (Chlorospingus pileatus)

28. Tángara rastrojera gargantiamarilla (Chlorospingus flavigularis)

29. Picogrueso amarillo (Pheuticus tibialis)

30. Pinzón-hojarasquero talamanqueño (Pezopetes capitatis)

31. Pinzón rastrojero pechi-oliva (Pselliophorus luteoviridis)

32. Pinzón rastrojero cenizo (Pselliophorus tibialis)

33. Junco vulcanero (Junco vulcani)

34. Pinzón picolezna (Acantidops bairdi)

También pertenecen a este grupo de aves endémicas las razas geográficas de aves montaneras como el hornero pechirayado (Thrypa-dectes rufobrunneus), el mosquerito de torrentes (Serpophaga cinérea) y el pinzón bigotiblanco (Lysurus crassirostris).

APÉNDICE No. 2

Aves selváticas de origen sudamericano cuyo límite de distribución es la región central de Panamá

Aves No-Paséridas

1. Perico carato mejilli-rojo (Pyrrhura picta)

2. Puerquero enano (Piaya minuta)

3. Vencejo colicorto (Chaetura brachyura)

4. Colibrí ermitaño pechiacanelado (Glaucis hirsuta)

5. Colibrí mango pechinegro (Anthracothorax nigricollis)

6. Colibrí pechivioláceo (Damophila julie)

7. Colibrí verde de Buffon (Chalybura buffoni)

8. Aurora colinegra (Trogon melanurus)

9. Bobito pechinegro (Notharcus pectoralis)

10. Juancito acanelado (Nonnula frontalis)

11. Carpintero real sanguinolento (Campephilus haematogaster)

Aves Paséridas

1. Trepador piquiblanco (Xiphorhynchus picus)

2. Trepador piquiganchudo rojizo (Campylorhamphus trochilirostris)

3. Hormiguerito listado (Myrmotherula surinamensis)

4. Hormiguerito vientriblanco (Myrmeciza longipes)

5. Saltarín piquiancho (Sapayoa aenigma)

6. Cotinga azul (Cotinga natlererii)

7. Cotinga cabezona tiznada (Platypsaris homochrous)

8. Pechiamarillo vientriblanco (Syrister sibilator)

9. Mosquerito semipardo (Cnidopectes subbrunneus)

10. Mosquerito picochato aceitunado (Rhynchocyclus olivaceus)

11. Mosquerito piquitorcido verdiamarillo (One os toma olivaceum)

12. Mosquero elenia selvática (Myiopaqis gaimardii)

13. Mosquerito coroniamarillo (Tirannulus elatus)

14. Cucarachero leonado (Thryothorus leucotis)

15. Caminero sabanero (Anthus lutescens)

16. Verdón frentidorado (Hylophilus aurantiifrons)

17. Bimbín vientri-acanelado (Euphonia fulvicrissa)

APÉNDICE No. 3

Aves migratorias norteñas cuyos límites de invernación llegan hasta las zonas boscosas del centro del istmo de Panamá.

1. Colibrí de garganta rubí (Archilocus colubris)

2. Tijereta sabanera norteña (Muscívora forficata)

3. Moscareta menuda (Empidonax minimus)

4. Golondrina verdiviolácea (Tachycineta thalassina)

5. Zorzal del bosque (Hylocichla mustelína)

6. Víreo filadélfico (Víreo philadelphicus)

7. Gusanero leonado (Helmitheros vermivorus)

8. Gusanero aliazul (Vermivora pinus)

9. Frijolillera magnolia (Dentroica magnolia)

10. Frijolillera mejilli-castaña (Dentroica tigrina)

11. Frijolillera coroniamarilla (Dentroica corónala)

12. Frijolillera de Townsend (Dendroica townsendi)

13. Frijolillera cariamarilla (Dentroica occidentalis)

14. Frijolillera ceniza cejiblanca (Dendroica dominica)

15. Frijolillera flanquícastaña (Dentroica pensylvanica)

16. Frijolillera rastrojera (Dendroica palmarum)

17. Caminero habado coroniacanelado (Seiurus aurocapillus)

18. Frijolillera gorgeada semianular (üpnrornis tolmiei)

19. Frijolillera amarilla coroninegra (Wilsonia pusilla)

20. Frijolillera capuchona cariamarilla (Wilsonia citrina)

21. Piragua norteña occidental (Pisanga ludoviciana)

22. Picogrueso azuloso (Passerina caerulea)

23. Picogrueso multicolor (Passerina ciris)

24. Gorrión de Lincoln (Melospiza lincolnii)

APÉNDICE No. 4

Razas de aves endémicas de la Isla de Coiba

1. Paloma titibú isleña (Leptotila plumbeiceps batlyi)

2. Colibrí verde de Coiba (Phaeochroa cuvieri suturatior)

3. Carpintero sabanero de Coiba (Melanerpes ruforicapillus sub-fusculus

4. Coliespinoso acanelado de Coiba (Cranioleuca vulpina dissita)

5. Hormiguero carato de Coiba (Tamnophilus dolía tus eremnus)

6. Pechiamarilla mónita de Coiba (Elaenia flavogaster subpagana)

7. Mosquerito cejiblanco de Coiba (Camptostoma obsoletum orpnum)

8. Mosquerito verdoso de Coiba (Leptopogon amaurocephalus odius)

9. Mosquerito gris de Coiba (Contopus cinereum aithalodes)

10. Cucarachero doméstico de Coiba (Troglodytes musculus carychous)

11. Tordo cuelliblanco coibense (Turdus albicollis coibensis)

12. Jenjenero gris de Coiba (Poliopüla plúmbea cinericia)

13. Pimentón alcaudino coibense (Cyclarhis gujanensis coibae)

14. Vireo rastrojero ojipa’lido (Hylophilus flavipes xunthus)

15. Reinita montañera de Coiba (Parula pitiayumi cirrha)

16. Reinita coronicastaña de Coiba (Basileuterus rufifrons actuosus)

17. Azulejo acuamarino de Coiba (Thraupis episcopus cuma lilis)

18. Sangretoro alinegro de Coiba (Ramphocelus dimidiatus arestus)

19. Marañonero listado de Coiba (Saltator albicollis scontinus)

20. Chenchén rastrojero de Coiba (Arrenon conirostris viridicatus)

APÉNDICE N« 5

Aves endémicas de la región oriental de Panamá: Darién y áreas adyacentes colombianas

No-Paséridas

1. Perdiz del Chocó (Crypturellus kertiae)

2. Gallito de Monte fajeado (Odontophorus dialeucos)

3. Paloma selvática cabecicastaña (Geotrygon goldmaní)

4. Colibrí ermitaño carinegro (Phaethornis anthophilius)

5. Colibrí de Goldman (Goldmania violiceps)

6. Colibrí pirreño (Goethalsia bella)

7. Barranquero chico (Brachygalba salmoni)

Paséridas

1. Hormiguero negro (Thamnophilus niqriceps)*

2. Hormiguerito jaspeado (Xenornis setifrons)

3. Corredor arbóreo bello (Margarornis bellulus)

4. Mosquerito piquinegro (Aphanotriccus audax) *

5. Mosquerito piquitorcido verdiamarillo (Oncostoma olivaceum) *

6. Cucarachero cabeciblanco (Campylorhynchus albobrunneus) *

7. Tordo cenizo alicastaño (Myadestes coloratus)

8. Gusanero de Pirre (Basileuterus ignotus) (1)

9. Oropéndola negra (Psarocolius guatimozinus) *

10. Tángara de mejillas habadas pirreña (tángara fucosa) (2)

11. Tángara rastrojera de Tacarcuna (Chlorospingus tacarcunae)

12. Tángara rastrojera de Pirre (Chlorospingus inornatus)

* Estas especies extienden su rango de distribución hasta la provincia de Panamá, generalmente hacia el sector Pacífico.

(1) -Especie considerada como conespecffica con el gusanero chirica-no (Basileuterus melanogenys).

(2) -Especie considerada como conespecffica con la tángara chiricana (Tangara dowii).

APÉNDICE N° 6

Aves selváticas de origen sudamericano cuyo límite de

distribución es la región oriental de Panamá

(este de la zona canalera)

1. Guacamayo azul y amarillo (Ara araruna)

2. Guacamayo rojo y verde (Ara chloroptera)

3. Guacamayita severa (Ara severa)

4. Periquito de veranillo (Forpus conspicillatus)

5. Churiquita frentiazul (Touit dilectissima)

6. Casanga cabeciamarilla (Pionopsitla pyrilia)

7. Garrapatero mayor (Crotoohaga major)

8. Guácharo (Steathornis caripensis)

9. Colibrí cabeciazul (Hylocharis grayi)

10. Colibrí verde patilanudo (Haplophaedia aureliae)

11. Colibrí cuellirrojo montañero (Acestrura heliodor)

12. Quetzal cabecidorado (Pharomachrus auriceps)

13. Bobito rayado (Nystalus radiatus)

14. Carpintero maculado (Colaptes punctigula)

15. Carpintero verdi-dorado (Piculus chrysochlorus)

16. Hornero alibandeado (Xenerpes minlonsi)

17. Hojarasquero corrientero (Lochmias nematura)

18. Hormiguero pigmeo (Myrmotherula brachyura)

19. Hormiguerito cejiblanco (Herpsilochmus rufomarginatus)

20. Tapaculo Marino (Scytalopus vicinor)

21. Salarín cabecidorado (Pipra erythrocephala)

22. Saltarín verde (Chloropipo holochlora)

23. Saltarín piquiancho (Sapayoa aenigma)

24. Cotinga blanca (Carpodectes hopkei)

25. Cotinga cabezona cenicienta (Pachyramphus rufus)

26. Atrapamoscas coronidorado (Myiodynasters chrysocephalus)

27. Mosquerito pigmeo bronceado (Pseudotriccus pelzeni)

28. Pechiamarilla mónita gris (Myiopagis caniceps)

29. Mosquerito cabecigris (Phyllomyias griseuceps)

30. Cucarachero gorgi-listado (Thryolhorus leucopon)

31. Donacobio capisucio (Donacobius atricapillus)

32. Cerrojillo gorgigris (Polioptila schistaceigula)

33. Alcaudonino vireonino (Smaragdolanius eximius)

34. Verdón frentidorado (Hylophilus aurantiifrons)

35. Picorecto vetiblanco (Atelodacnis leucogenys)

36. Mielero azul (Cyanerpes caeruleus)

37. Vaquero cenizo (Molothrus bonariensis)

38. Parao coroni-naranja (Icterus aurocapillus)

39. Parao coroni-naranja (Icterus aurocapillus)

40. Tángara tersina (Tersina viridis)

41. Bimbín vientri-naranja (Euphonia xanthogaster)

42. Tangara gris-dorada (tángara palmieri)

43. Tángara rastrojera olivácea (Chloropthraupis olivácea)

44. Tángara ceji-escarlata (Heterospingus xanthopygius)

45. Tángara gorgi-amarilla vientriblanca (Hemithraupis flavicollis)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Blake, E. 1958. Bird of Volcan de Chiriquf, Panamá. Fieldiana: Zool, Vol. 36, 5; 499-577. Field Mus. Nat. Hist. Chicago.

Eisenmann, E. & Loftin, H. 1972. Field checklist of bird of the western Chiriquf highland, Panamá. 2nd. ed. Russ Carpet Tour Inc. Kissim-mee, Fia.

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Wetmore, Olson & Pasquier. 1985. The birds of the Republic of Panamá. Part 4. Smithson. Mise. Coll. Vol. 150; Part IV.

*Francisco Delgado. 1987. Las aves de las selvas panameñas, una estrategia de Conservación. CIPA, Panamá.

**Auspiciado por la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID) a través del Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF).

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Edición digital para dominio público: Centro de Estudios de Recursos Bióticos, FCNET, Universidad de Panamá.


Respuestas

  1. Los tucanes están en peligro de exticnión o son aves amenanzadas.

    También el nombre científico

  2. Hola, desde Madrid, España…

    Quiero comunicarles la aparición de mi novela «El cráneo de Balboa», gran parte de cuya trama se desarrolla en la selva panameña 1905-1907, con la comunidad chocoe-emberá mientras se está construyendo el Canal…

    La tienen en Amazon.com y su precio es simbólico.

    Gracias por su atención,
    Cordialmente,

    Rafael R. Costa


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